Señora

Aunque lejana ya su primavera 

Renace usted, señora, cada día

Con el radiante embrujo de su risa perlada

Entre esos voluptuosos labios carmesí 

Tus cerezos son mios

Exaltada por tus cerezos,

me sumergí en tu bosque,

 estaba lleno de cerezos... 

allá, acá, al fondo miles de arboles

rebosantes de cerezos...

Allí estaba yo, 

sintiéndome dueña de tu bosque,

apropiándome de tu sueños,

tu irrealidad y fantasías, 
de las aves sobre tu cabeza 
y su revolotear alegre

Ahora tus cerezos son míos, 

tu bosque tiene dueña,

la bandada de pajaritos van conmigo,

 me aceptaron como dueña de tu bosque
allí me bañare desnuda como tu

Pero ya no es tu bosque, es el mio.

saciare mi sed de las cerezas, 

mi necesidad de alimento,

mi derecho a ser natural y vivir 

entre árboles, frutos y pájaros

Y ninguno  de tus intentos 

por penetrar al bosque, 

hará salir a la sedienta mujer 

que se adueño de todo.

la hierba los frutos y la tierra 

Aunque tu angustia me conmueva, 
olvidaras que fue tuyo, 
e inclinándote a la tierra 
me harás dueña tu de el

 continuarás tu ronda hacia otros bosques.