Grises y ocres conforman
la existencia del glacial invierno
volviendo gélidas las manos
que se unen a los rígidos pasos
sobre las calles húmedas
la existencia del glacial invierno
volviendo gélidas las manos
que se unen a los rígidos pasos
sobre las calles húmedas
Un silencio indefinido
descifra su inclemente sonido
dibujando en el paisaje la
melancolía que reina en la ciudad
Desciende el hielo de la
bóveda celeste convirtiendo
las calles en un desierto blanco
de infinita belleza
Es la magia invernal
vistiendo a la ciudad.
Que raudo el sol se aleja
apresurando la llegada
apresurando la llegada
de opacas luces dueñas
de las largas noches
que oscurecen aún más
que oscurecen aún más
los grises y ocres
de fachadas viejas
Es triste, solitario,
hermoso y relajante;
un éxtasis contemplativo
que solo el invierno crea cada año
para dar vida a los grises y ocres
que solo el invierno crea cada año
para dar vida a los grises y ocres
con el blanco hielo.