Akita no tenia mas de 12 años, su imaginación corría mas que la lluvia cuando caía sobre la quebrada Catuche, era una inundación de sueños que vivía en la gran casa de El Valle.
La tierra húmeda llenaba sus pies descalzos; confundiedose en el pantano pies, tierra, agua y pantano.
Para ella, la lluvia era el rió, el lago, la fuente, los embalses y el mar que nunca había visto, y sus sueños quedaban atrapados en el agua, que en torrente cubría su cuerpo de niña entrando a la adolescencia.
El agua representaba la mística magia de ser libre, de emprender sueños que eran rotos por la cotidianidad de la vida familiar en aquella casa prisión
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