martes, 9 de septiembre de 2014

En el parque fragmento mi corazón

Nos citamos en el parque, era una tarde muy agradable, fresca, de un sol brillante, recuerdo que no hacia el calor propio de esos días relativos al verano, esa sensación de clima acogedor y natural era más bien consecuencia de los tantos arboles que embellecían el parque, alcanzaba a ver a través de mis lentes oscuro un gran resplandor solar que iluminaba todo, maravillando la verde naturaleza.

Sentados en el banco de hierro le dije; No se que me pasa Myrtou pero estoy comenzando a quererte; así fue mi atrevimiento aquella tarde de sol y sombras, entonces tu con la tranquilidad, buen juicio, aplomo, serenidad y don de mando, me dijiste así; No pienses en mi como para una relación de amor entre un hombre y una mujer, entre otras dificultades, nuestra distancia, para mi eres una amiga no más que eso.
Ya pueden imaginar como me sentí...el doble influjo de aquella mirada ultaterrena de Myrtou, todo se confundía y asemejaba al mismo tiempo, entre la vergüenza y la desvergüenza, me levante, camine con tranquilidad, el me dejo partir y me aleje para pensar como sobrellevar mi desastre.

Camine unos pasos, de repente sentí mi corazón fragmentarse en miles de miles de despacito que iban llenando el parque, los jardines, los arboles, las ramas, los tallos y se elevaban luego cual papagayo multicolor por el cielo. !Hay mi dolor de un día! Que me has hecho amor, como en instantes me llevaste a esa despedida final.
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