sábado, 31 de enero de 2015

Señora



Aunque lejana ya su primavera 
Renace usted, señora, cada día
Con el radiante embrujo de su risa perlada
Entre esos voluptuosos labios carmesí 
Rebosante de jugo almibarado
Desde su fronda me mira de reojo
Con esa encantadora picardía
De quien se sabe muy sabrosa

Sus intensos rubores sonrosados
De fruta ya madura
Atraen mi mirada

Presagiando inéditos deleites
Incita usted, señora, cada día
Insinuándose a su paso
Con esa sensual magia seductora
De su andar coqueto y cadencioso

Con el que enciende en llamas la pradera 
La orgullosa turgencia de sus senos
Invitan a escalar tan hermosas colinas
En pos de conquistar, victoriosos

Sus vibrantes pardas cimas 
Y al anunciarse el arribo de la noche
Un diluvio afrodisíaco de luz crepuscular
Ilumina su rostro pensativo 

Mientras teje usted, señora
Con hilos de astucia y fantasía
Con cruel alevosía
Su arácnida red de seducción 


Rafael Sotos

No hay comentarios:

Publicar un comentario