No puedo dilucidar otra narrativa que no sea referida a la Selva, al parecer la virosis con su acompañamiento febril, me induce a ver solo; araguatos, baquiros, serpientes, copos de altísimos arboles tan verdes, casi negros, la humedad de la lluvia impide que camine hacia otra narrativa. Sigo enferma de la selva.
Me siento culpable de haberme dejado llevar por la enigmática selva amazónica, tanto verdor me envolvió, como una ráfaga, el Karepakupay Meru me arrastro a sus aguas llenando y renovando mi extenuado cuerpo, entregome y soy un éxtasis de paz y placer infinito
No hay comentarios:
Publicar un comentario