Inspirada por su paz, serenidad, belleza natural y trinar de aves, me senté en la grama de aquel parque, en una inmensa palmera, entonces habían pocos visitantes y los patos que habitan el lago estaban lejos de mi presencia.
En postura de loto cerré mis ojos y comencé una meditación con la técnica de respiración tantra.
Así estuve por espacio de 20 minutos, en esa maravillosa sensación del contacto con tu ser interior.
Al concluir los 20 minutos abrí mis ojos y casi del asombro quede extasiada y asombrada, a mi lado estaban alrededor de 30 patos echados en absoluta calma, como acompañando ese éxtasis de relajación y sublimidad interior, desde entonces los acogí como míos, los voy a visitar por los menos tres veces a la semana, le llevo alimentos, los contemplo, trato de establecer la comunicación entre ave y humana.
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