viernes, 28 de abril de 2017

La monja en la ventana

Salimos hacia San Giovanni Rotondo como las 12 del mediodía, un viaje de 2 horas, llegamos a las 2pm, era una visita turística, ese pueblo se caracteriza por el turismo religioso y de salud.

Hay muchos hoteles y todo tipo de hospedajes que albergan religiosas, peregrinos y personas que van para asistencia de salud, en el prestigioso hospital que allí se encuentra.

A pesar de ser tan visitado, los restaurantes conservan el horario de descanso, después del almuerzo permanecen cerrados, si llegas después de la esa hora, debes acudir a la comida ligera que venden en los locales improvisados.

Después de hacer el recorrido y ver la
iglesia de 3 pisos, el museo del padre Pío y el hospital, Atti fue a buscar comida ligera para los dos, mientras yo me quede sentada frente a un edificio como de 5 pisos mientras llegaba la comida.

Observaba, el edificio, la calle, las pocas personas que por esa vía circulaban, de repente alce la vista y vi una ventana abierta y la figura de una monja que veía desde esa ventana; estaba inmóvil mirando no se que, porque en esa área no había nada que se podría ver, solo aquel banco donde yo esperaba y una calle solitaria.
Me llamaba la atención aquella religiosa y por curiosidad me dedique a verla todo el tiempo que estuve sentada en aquel banco era como un reto que me trace; ver cuando ella se retiraría de esa ventana, para comprobar que era humana y no una figura de madera, piedra o arcilla.

Así estuve, no se por cuanto tiempo, ella en ventaja, ver hacia abajo le era mas fácil, no se inmutaba y eso retaba mi curiosidad, al rato que llega Atti con la comida, panes con queso, jugo y un yogur, fue el momento de distracción, cuando alce mi vista ya no estaba.

Mientras comía reflexiones; si era humana, al levantarme del banco sentí una sensación de cansancio y profundo sueño, como si hubiese estado despierta muchos días, ahora creo que seria la posición de mirar hacia arriba, que indujo a algún elemento físico mental de mi cerebro a caer en sueño.

Mientras esperaba el transporte de regreso no era un ser atento, era una especie de zombie sumergida en un letargo de años, dormí todo el trayecto y al llegar a casa volví a dormir.
No se si esa monja me robo la energía, o si fue la posición cabeza hacia arriba que perturbo mi estado de alerta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario