viernes, 24 de febrero de 2017

El baño bajo el frio

En aquella habitación pequeña, sin ventilar, llena de objetos de estudio, estábamos ella y yo, compartíamos un computador o mejor dicho le impartía instrucciones para la obtención de un documento.

Su olor desagradable y chocante a mi olfato, pero natural en el proceso biológico hormonal, me era imposible de tolerar.

Fueron solo momentos que estuvimos en esa tarea administrativa, pero para mi interminables horas y cuando al fin se despidió y se marcho, el olor continuaba impregnado hasta en la vieja estantería, mi cuerpo, las sillas, cortinas y el aire.

Salí corriendo al cuarto de baño, solté mis prendas de vestir, desate mis cabellos, abrí el grifo y llene la bañera con jabón de espumas, fragancia de rosas, mis cabellos con champú de manzanilla, mi piel siento el abrazo placentero del agua, las rosas, las flores y pompas de jabón, deslizándose en sutil caricia sobre mi piel morena y tersa, cual joven adolescente.

Sumergida en ese placentero éxtasis, me pareció inexplicable... como a ella no le gustan los placeres mas sensuales que puede recibir el cuerpo de una mujer

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